miércoles, 7 de agosto de 2013

A RED RAY


Para Él:

Soy un privilegiado por haberlo conocido, porque usted me ha devuelto instintos que creía perdidos... Ha sido un placer haber lidiado con un coloso de su talla, midiendo nuestras miradas, sin escatimar fuerzas ni embestidas, haciendo de cada prueba su escuela y de cada palmo que pisaba su zona. Milésimas de segundo compartidas que otros no hallan en mil vidas...

Fuerza y Suerte compañero, en mi piel, en mi mente, en mi corazón has tatuado a fuego rojo una indeleble huella incorruptible por el tiempo.

Mientras nosotros vivamos vivirás entre nosotros.

Hasta siempre compañero, nos vemos en la arena...

Por Leviticus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario